Un domingo, hace un par de semanas, fui con Nani a un concierto en un espacio llamado LuGAr FuERa deL TiemPO. Habían stands para los artistas exponer sus obras... encontré uno en particular que me llamó mucho la atención, una coqueta mesita hecha para crear consciencia sobre el uso de la tierra, el reciclaje, la basura orgánica, entre otros. Obtuve una revista que, a base de recopilación de datos, creó Almendra La Inmortal, unas cuantas fotocopias cargadas de buenas intenciones. Se llama -El ZinE-. Este es un articulo que encontré ahí y quiero compartir...
VolvernoS NativoS (Gary Snyder)
Es obvio que la vida en la ciudad se ha vuelto muy díficil.
Es natural que la gente esté buscando otras formas de vida. Hay una satisfacción implícita en la vida en el campo, por lo menos para cierta gente. El trabajo es duro y saludable, y los placeres son numerosos. Allí estamos en contacto con las fuentes de agua, de los vegetales, de los animales, de la vida. Y ésos son los fundamentos. Son los antiguos fundamentos de la humanidad.
No sería exagerado decir que la creatividad humana y todas las artes van a comenzar a secarse si se las aleja demasiado de esos fundamentos con los que la gente vivió por milenios. Después de todo, somos un animal que apareció en esta biosfera gracias a los procesos del sol, el agua, las hojas. Si nos alejamos mucho, nos separamos de nuestra madre, de nuestra propia herencia.
El problema es dónde pones tus pies, dónde crías a tus hijos, qué es lo que haces con tus manos. Quiero decir: volver a conectarte con la gente, con el mundo ordinario: el cuerpo, el barro, el polvo. Y volver hacia adentro de tu mente, a tu mente original, a lo que había antes de que los medios de comunicación llegaran y te llenaran de información.
No hemos descubierto América todavía. La gente vive aquí sin saber dónde está. Viven con mentalidad de invasor, quieren hacer dinero rápido y seguir viaje. Se permite que los barrios se deterioren, los paisajes sean destruidos por la minería, la agricultura de monocultivo o el turismo, porque no hay nadie que viva allí y tome la responsabilidad de defenderlos; cuando la cosa se pone fea, simplemente se van.
Pero para mí vivir en el campo no es huir. Es colocarme en otro lugar de la red, otro punto del tejido humano. Y no quiere decir que deje de estar interesado en lo que sucede en la totalidad de la red humana. Es simplemente que me centro en otro lugar. Nadie está realmente aislado, nunca. Se trata de si eres capaz de crear, en el lugar que está, una comunidad de trabajo, una relación cooperativa entre los grupos de gente que habitan la zona. Y hasta qué punto todos los vecinos son capaces de estableces un centro, centrarse. Con sus propias tradiciones, sus propios conocimientos, su propia magia. O si seguirás dependiendo del exterior, sintiéndote siempre en el patio trasero de la cultura.
Hace falta un sentido de natividad, de ser "nativo" de un lugar. Y volvernos nativos no depende del color de nuestra piel, sino de nuestra relación con la tierra. Depende de cómo sentimos, conocemos y defendemos el suelo sobre el cual vivimos.
Alguna gente está comenzando a entender en donde está, y qué quiere decir vivir cuidadosa y sabiamente, vivir cómodo en un territorio. Y que nuestros hijos y nietos y las generaciones que vengan en los próximos mil años podrán también vivir allí. Eso es pensar como un nativo. Pensar en términos de toda la gama de la vida que te rodea. Los nativos de América vivieron unos cincuenta mil años aquí.
(Texto extraído de la -Primera edición- de -El zinE- PerMACuLTurA Fuera del tiempo.)

